
En primer lugar, un test que mide la velocidad de carga de los navegadores web. El
JavaScript SunSpider permite medir el rendimiento de los navegadores web. Un dato importante cuando sabemos que el navegador reemplaza al servidor en el ordenador. Chrome es superior con un tiempo de cálculo y visualización del JavaScript de menos de un segundo, mientras que Firefox sobrepasa el 1,5 segundo.
A continuación, el segundo test -
Acid2 – es importante a nivel de la accesibilidad de los sitios web. Se trata de un icono que aparecerá más nítido y legible cuánto más respete el navegador los estándares web (visualización correcta, respeto de las normas W3C…). Este test se creó en 2005 y pudo así poner en evidencia las imperfecciones de Internet Explorer. Hoy en día, para los constructores de Chrome o de Firefox, este test resulta esencial y los dos lo pasan sin problemas.

Y ahora, algunas características propias de cada navegador.
Chrome 4 es potente y rápido. A pesar de esta laguna, le hace la competencia a Firefox al utilizar un sistema de extensiones y la sincronización de los favoritos con una cuenta Google desde cualquier ordenador. Google siempre apuesta por la integridad de sus servicios y, en especial, por la portabilidad.
En cuanto a
Firefox 3.6, intenta defenderse a malas penas renovando sus posibilidades estéticas. Ahora se puede elegir un tema para personalizar el navegador con el módulo Personas. Más allá de estas consideraciones estéticas, Firefox ha reforzado su sistema de protección contra los problemas de las actualizaciones de plugins y ha optimizado el rendimiento del JavaScript. Además, un último esfuerzo destacable es que tiene en cuenta las especificidades del HTML5.

No hay navegadores buenos o malos para navegar en Internet. Sobretodo si observamos las cuotas de mercado:
Internet Explorer sigue a la cabeza de los navegadores más utilizados (62 %) a pesar de sus numerosos defectos. Le sigue
Firefox (25 %) seguido a su vez por
Chrome y
Safari (4,6 %). Se habla cada vez más de uso de consumo repetitivo en el sentido de que Internet Explorer (1995) y Firefox (1998) llegaron al mercado una década antes que Chrome (2009). Será interesante evaluar de nuevo los navegadores dentro de algunos años, sabiendo que Internet Explorer pierde poco a poco cuota de mercado en beneficio de Firefox y Chrome, que siguen progresando cada trimestre.